La forma de interactuar con las marcas y de consumir productos ha cambiado en menos de 10 años. No hay que estar muy despistado para no reconocer en esa frase un pensamiento común entre colegas, empresarios y equipos directivos las empresas. Pero ¿qué ha pasado? La dependencia del tiempo frente a una pantalla, el apetito insaciable por nuevos dispositivos y aplicaciones -incluso dando lugar a patologías psicológicas como el F.O.M.O. acrónimo de Fear Of Missing Out- o las tasas de adopción rápidas de nuevas herramientas digitales se han extendido al mundo de los negocios.
El paradigma digital se basa en el cambio impulsado por la estrategia de migrar los procesos organizativos y comerciales al ámbito digital. Esto significa adoptar herramientas, aplicaciones y flujos de trabajo de automatización para mejorar la eficiencia, el rendimiento y la experiencia del cliente. Y al hacerlo las marcas logran agilidad y aseguran una ventaja competitiva a través de la rentabilidad del negocio.
Pero no todo es tan fácil como parece. La decisión de afrontar un proceso de transformación es compleja y hay muchas empresas que no están preparadas ejecutarlo por razones estructurales, organizativas o simplemente porque no se cree en las posibilidades que proporciona la idea de un modelo digital. Normalmente, adoptar un enfoque digital en el modelo de negocio genera tensión y requiere superar desafíos de resistencia y gestión a un cambio tecnológico y cultural.
Por procesos parecidos han pasado corporaciones de todos los tamaños que han sabido adaptarse y adoptar la transformación digital como la aliada para evolucionar y seguir creciendo. Con este “mindset” digital, la automovilística SEAT impulsó un plan de transformación que le llevó a lanzar en 2017 un programa específico de innovación destinado la solución de problemas de producción a través de la captación de talento con startups, diseñadores e investigadores. Con el propósito de ser referentes de la movilidad futura, continuaron el plan de transformación con la implantación de CODE (Centre of Digital Excellence), un centro de desarrollo de software para optimizar y eficientar la empresa mediante la digitalización de procesos y el desarrollo de nuevos modelos de negocio.